¿Sabes ese tipo de historias que te hacen viajar a la más tierna infancia? Esta película basada en la literatura infantil noruega escrita por Kjell Aukrust es un claro ejemplo de ello. Las aventuras de los entrañables protagonistas llevan al espectador a sentirse niño otra vez. Además, debido a su estética, la película recuerda al cuento infantil y a esas aventuras imaginarias de la infancia.
Los personajes se nos presentan algo estereotipados, pero teniendo en cuenta el tipo de historia inocente que narra el filme, funcionan bastante bien. Por otro lado, el tema del compañerismo y la confianza en los demás y en uno mismo están muy bien tratados y es de agradecer que no se aborden de forma demasiado explícita -como tantas películas de animación infantil tienden a hacer-. La delicadeza y el subtexto, esa escritura con pincel fino, son algo a destacar.
Otro aspecto a destacar es el buen manejo de la ironía y de la crítica ingeniosa. El género es predominantemente de aventuras, pero tiene un toque de humor irónico que utiliza para criticar y ridiculizar los estereotipos y la política de diferentes países. Esto lo hace en un plano más de subtexto, dirigido al público adulto. Sin embargo, el trasfondo irónico también puede hacer reír a los niños, ya que, aunque no comprendan ese subtexto, el gag visual funciona de igual forma.
La película no destaca por su originalidad, maneja una estructura narrativa sencilla y clásica y, en su totalidad, es un filme bastante predecible. Pero esto lo digo sin ninguna intención valorativa, ya que la película no pretende ser original ni destacar por los giros argumentales. Lo que la hace especial es la riqueza de su imaginación y la capacidad de evocar los juegos infantiles. A mí me recuerda a las aventuras que me inventaba de pequeña jugando en casa. Parece una historia contada por niños para niños, y eso es lo que la hace especial.